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domingo, 4 de febrero de 2007

RECUERDOS DE LA CARCEL III


Llueve, es un día gris. Ayer jueves en visita te vi los golpes que el maquillaje apenas logró disimular _ "No es la última vez, que me voy a caer de la escalera", me dijiste conocedora de los movimientos que vendrán, _"mientras dormía, algo atontada por los golpes en la cabeza me sacaron parte de lo último que tenia escrito para que llevaras al Encuentro de Derechos Humanos, si se lo entregaron a la gorra ya tienen el "permiso" que no figura en ninguna parte para matarme".

Es viernes, hace apenas unas horas me avisaron que estas internada, las mismas chicas volvieron a golpearte, pero mas contundentemente y temo que sea el final. Consigo que alguien en el hospital te haga saber, que estoy cerca. Estabas semiconsciente, pero me aseguran que vivirás.

Saben como utilizar los conflictos entre ustedes, y sobre todo dejan que ocurra, solo lo que implícitamente autorizan.
Sé, que volverás a declarar que te caíste de la escalera, jamás te permitirías denunciar a tus propias compañeras, sé también que fueron varias contra tu humanidad, todas víctimas del mismo sistema, que las convierte en cómplices de hechos aberrantes.

Conozco de tant@s los huesos rotos, los ojos vacíos, los cortes y sus suturas, pero también sé de las facas afiladas utilizadas para ajustar las broncas, que ni por rojas ni por ciertas merecen semejante final.

Sigue lloviendo, pero eso no diluye mi impotencia que detiene la bronca en ninguna acción. Me disocio intentando pensar desde vos para saber que hacer tratando de no avasallar ninguno de los valores que deseas sostener aún a costo de tu vida _" Les va a resultar fácil, saben que jamás levantaría un parte denunciando a una compañera, ni atravesada de lado a lado " me dijiste. No puedo entender que todo se muestre irremediable, espero tu llamado o el de alguien que me diga como estas, sin saber si el silencio es tuyo o te están callando una vez más. Paso toda una mañana en el juzgado hasta que alguien me toma la denuncia.

Acaba de sonar el teléfono, la operadora se interpone con un agradecimiento por utilizar la línea que no quiero oír, desde el otro lado Pelu me dice que no pueden verte, estas en buzones, recién hoy te alcanzaron las cosas que te llevé el sábado.


No es ignorancia, son los saberes que otorga el propio ejercicio del poder lo que les permite perfeccionar su misma ejecución. No es ignorancia el tiempo ocioso, esa interminable monotonía generadora de los conflictos - hábilmente incentivados - convertidos en golpe o puñalada que otros darán por ellos. No es ignorancia la falta de espacios de reflexión, de atención médica o psicológica, de preservativos o guantes de látex. No es ignorancia la elección del personal a cargo del pabellón sin la más mínima preparación, ni la cantidad de papeles burocráticos que las Asistentes Sociales deben llenar sin recorrer un solo pabellón. Porque tampoco es ignorancia lo que hace imponer un modelo económico que generará la marginación de millones de seres, para quienes solo están previstos más cárceles, barracas o galpones que los puedan contener.
Vos estas en aislamiento con el cuerpo y la cara destrozada, la celda no alcanza para encerrar el peligro que tu actitud representa.

Yo aquí escribiendo, quizás no sé rebelarme de otra manera.

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