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viernes, 9 de febrero de 2007

NUSHU


“Cerca de un manantial una no tiene sed, cerca de una hermana una no desespera” esta frase que dice mucho, dice más aún por su propio origen, por el lenguaje en que fue escrita, por la historia que encierra y que a su vez nos descubre a todas nosotras.
Está bordada en una tela que una mujer china escribió hace 1400 años aproximadamente, segura de que ningún hombre la podría leer, ni descubriría que ella había accedido a la escritura que por ser mujer le estaba vedada.
Esa mujer eran muchas: sometidas, mutiladas- al impedirles el crecimiento de sus pies- alejadas de la cultura y la comunidad.
Ella mujer, no era solo una, vivían en una pequeña aldea de Shangjiangxu, China y bordaban en tela poemas, canciones, expresión de soledad, tristeza, como así también ideas políticas, plegarias a Dios y relatos de los niveles terroríficos de violencia a los que eran sometidas por los hombres.
Ella mujer, que tambaleaba sobre sus pequeños y mutilados pies, eran más que una, fortalecidas al crear su propio idioma inaccesible a los hombres. Nushu: escritura de mujeres, una lengua impenetrable de casi 1000 caracteres que crearon durante la dinastía Tang (618-907) que les permitió un encuentro secreto, transmitido de madres a hijas y del que actualmente solo 4 mujeres conocen sus secretos.
En tela no en papel, bordado no escrito, sus hilos las unieron en una hermandad que les permitió descubrir colectivamente que cerca de una hermana una no desespera.

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