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domingo, 18 de marzo de 2007

DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER

Día Internacional de la Mujer: Demasiado para
reflexionar, no tanto para celebrar


“y ha de llevar por los caminos
rostros de mujeres resistiendo a su destino
de parir sin voz, de limpiar la mierda del patrón
y convidó de libertad a su canción
que en Latinoamérica brotó
regando los campos con su llanto” (1)

“una niña es violada y embarazada por su padrastro, un juez le niega el pedido de aborto terapéutico por considerar que la gestación no representaba un riesgo para la salud mental de la futura madre, a pesar de la recomendación del comité de bioética del Hospital Penna…”, así comenzaba la introducción de Viviana Beker sobre la charla que brindó el grupo Autoconvocatoria-mujeres en el marco del Día Internacional de la mujer en el local de CTA-SUTEBA en Chiclana 369 de nuestra ciudad. El hecho, relatado por la docente, ocurrió en Médanos (2) y significó la génesis de este grupo que se propone como de lucha por el reconocimiento de los derechos de las mujeres, pero que fundamentalmente persiguen un cambio radical en la concepción de sociedad que vivimos.
El encuentro, que arrancó pasadas las 19 horas, contó con la presencia de Eduardo hidalgo de la APDH local, la concejal por la UCR Virginia Linares, miembros de la coordinadora de centro de estudiantes, y con una buena presencia de público a pesar de las inclemencias del tiempo. El desarrollo se dividió en cuatro ejes, que además de los lineamientos generales, incluía a la mujer frente a la pobreza y la salud, el derecho y la educación. Antes que las disertantes comenzaran a exponer compañeras de SUTEBA nos regalaban dos expresiones artísticas. En primer lugar, Gabriela Delfino, secretaria de Género y oportunidad de CTA, narró una historia de Osvaldo Bayer acerca de “La Patagonia trágica” (3) en el que unas cinco prostitutas reaccionaron contra el fusilamiento de obreros en el año 1921, el escritor cuenta que cuando los soldados fueron enviados por el teniente coronel Varela al prostíbulo como premio por haber terminado su tarea, ellas se negaron y los corrieron a escobazos y a palos. Después llegó Angie Del Santo con su guitarra interpretando “Como la cigarra” de María Elena Walsh.
Para Beker, intentar descifrar la situación de desigualdad en que se encuentran las mujeres nos obliga a una mirada más profunda. Esta nos conduce a un tema inherente a la condición humana. Según la docente, tiene que ver con el poder y como lo entendemos en las diferentes sociedades contemporáneas. El poder entendido como dominación, un mandato que enfrenta a quienes lo poseen a aquellos que considera más débiles. La dualidad amo-esclavo. Un mundo donde no todos tienen las mismas posibilidades a partir de la creencia que hay seres superiores e inferiores. Esta idea tiene su mejor expresión en esa corriente denominada darwinismo social (4). Por eso, para ella no se trata de conseguir un lugar de igualdad de derechos dentro de esta sociedad capitalista y patriarcal, sino que a partir de los aportes del feminismo se debe construir una nueva comunidad que incluya a todos, con derechos y posibilidades para mayorías y minorías.
También se refirió a los dos hechos por los cuales se recuerda esta fecha como Día Internacional de la Mujer. En ambos momentos, las protagonistas fueron trabajadoras textiles. Una pregunta inevitable, ¿pensarán las obreras explotadas en los talleres ilegales de ropa que pululan el Bajo Flores, en su mayorías inmigrantes bolivianas, que estamos en una época de ascenso femenino como sugieren desde los medios de comunicación?, los datos y las cifras le sirven para entender como se manifiesta el patriarcado en la actualidad. Uno más que contundente, el 98 por ciento de la riqueza está en manos de hombres (5). Por último, Beker recurre a Diana Bellesi (6) dar significado a su derrotero: “Feminizar al mundo significa astillar la concepción binaria de la mirada, sin perder de vista las especificidades, en el pensar y en el accionar requeridos en cada momento, iniciar el arduo aprendizaje de sentir lo ajeno como propio cada vez que la injusticia se incrusta o se cierne, porque no hay propio y ajeno, esta es una figura construida por la voz del amo, por la vara que intenta controlar la viviente diversidad en estado de constante transformación”.
Graciela Hernández y Adriana Benvenuto fueron las encargadas de hablar de la feminidad dentro del contexto de la pobreza y la salud.
Hernández, doctora en historia, trabajó durante un tiempo considerable con mujeres indígenas. Esto le permite hablar con profundo conocimiento de uno de los sectores más marginados y olvidados en nuestro país. También, esta especialista en género, nos recuerda que una de las características de la globalización es que se acentuó la feminización de la pobreza, es decir, que en la posmodernidad ellas se encuentran entre las más pobres. Esto queda evidenciado cuando observamos la situación en que se encuentran en nuestros barrios. Mujeres desbordadas de hijos, sin ninguna posibilidad de elección de vida. Pero ahora, reconocidas como jefas de hogar. Reconocimiento no gratuito, sino como consecuencia de la partida de los hombres, ya sea, por falta, perdida o precariedad del empleo. Allí es cuando no tienen elección y deben conformar otro tipo de familia, en el que los roles típicos de padre-madre, o si se quiere, sustento (económico)-contención (afectiva) es llevado a cabo por una sola persona. Podríamos hablar de una regla, cuanto más pobre es una mujer, más responsabilidades tiene. Además, nos dice que El Plan Jefes y Jefas de hogar significó una transformación en las labores que estaban acostumbradas a realizar. Esto que se dio sin ninguna previa preparación causó un gran impacto sobre ellas. Cambios que no se detienen porque estos planes van a expirar en un futuro no muy lejano, siendo las más castigadas por ser las menos especializadas.
Hernández, investigadora del CONICET, propone un trabajo de Lidia Knecher y María Inés Olivella para entender como las políticas públicas han fracasado en el intento de lograr una sociedad más equitativa. Según estas investigadoras, salvo casos excepcionales (Ley de Salud Reproductiva y de Violencia) estas políticas siempre tendieron a reforzar el rol reproductor de la mujer, guardiana de la casa y la familia dentro del tipo tradicional de la familia.
La salud reproductiva es una de las cuestiones que mas se ha debatido en los últimos tiempos, o intentado. Esto lo saben las integrantes de este grupo que han participado del encuentro de mujeres realizado en Mar del Plata hace dos años y, aunque no pudieron estar, conocen el desarrollo del que se hizo, el año pasado, en Jujuy. Allí, la discusión se vio abortada (el adjetivo no es casual) por el lobbie hecho por las católicas que se niegan a polemizar sobre el tema con una postura inquisitoria y medieval. Pero que no representan a todas las mujeres del credo (7).
Esta problemática compleja fue abordada por Adriana Benvenuto, quien centró su discurso en las deficientes políticas sociales aplicadas hasta el momento. Por lo general, estas chocan con barreras, económicas, políticas e ideológicas. Pero no menos importantes son las trabas culturales y cotidianas que hacen que la dinámica de estos planes se vea entorpecida. Según esta médica pediatra, se trata que quienes llevan a la práctica estas políticas no se desentiendan de su responsabilidad y posibiliten que sea más accesible. No se trata de tener los hospitales abarrotados de métodos anticonceptivos (pastillas, preservativos, DIU) sino que estos lleguen a quienes lo necesiten. Por lo general, las mujeres que más se beneficiarían con una aplicación correcta de estas medidas viven en una situación delicada que no se puede pasar por alto. Están en barrios periféricos, tienen muchos hijos, las mayorías de las veces sus carencias son extremas. O sea, que para trasladarse a un hospital debe tener en cuenta quien cuida de sus hijos, disponer de dinero, aunque más no sea para sortear el viaje, entre otras cosas. Una solución sería la descentralización de las áreas de salud. El trabajo en los barrios, cara a cara, implicaría un mejor conocimiento de la situación. La doctora Benvenuto sostiene que es preciso lograr empatía, tratar de ponerse en el lugar del otro, proponiendo prácticas médicas que respeten la pluralidad cultural lo que conllevaría a una diferenciación igualitaria.
La diferencia entre los sexos no debería implicar desigualdad legal, nos dice Mara López Legaspi al abordar la problemática desde el derecho. Para ella, históricamente la diferencia sirvió para da justificación a la inequidad desde la ley.
Esta estudiante de derecho nos recuerda una regla común a todas las culturas. La mujer considerada inferior al hombre. A partir de aquí, podemos hablar de rasgos comunes que se manifiestan en todas ellas. Primero, una ideología que se expresa a través de un lenguaje que desvaloriza a las mujeres. También ciertas estructuras que hacen más difícil el camino a los espacios de poder. Por último, mitos o símbolos cargados con significados negativos que les son atribuidos.
Legaspi, nos habla de una forma específica de violencia, que es la simbólica y que reproducimos cotidianamente, una de las formas más comunes es a través del chiste.
Nos aclara, que la legalidad está hecha, en general, por y para los hombres. El derecho es una herramienta de dominación utilizada por los ellos. Entonces es no neutral, parcial. A través de el, se satisfacen demandas para uno de los sexos, no para ambos. Así, se crean condiciones por las cuales el estado fomenta un modelo de familia y, dentro de este, el rol que históricamente cumple la mujer. De esta forma, a ellas les son reservados trabajos que suponen una extensión de sus cualidades maternas y de menor remuneración.
En su lúcida exposición, nos recuerda que los cambios que ha realizado el legislador a través de la sanción de leyes o la adhesión a convenciones internacionales no ha cambiado la situación de desigualdad en que se encuentran las mujeres, porque no se ha transformado la conciencia social y ellas siguen padeciendo la misma inequidad de antaño.
Por último, nos invita a pensarnos, todos mujeres y hombres, sin mandatos ni discriminaciones para constituirnos como sujetos de derecho.
La última exposición estuvo a cargo de Monserrat Gayone. Mujer y educación fue el eje abordado por esta docente. El momento más emotivo de la noche fue al referirse a la situación actual de los maestros. Luego, se llevó todos los aplausos al reivindicar la lucha gremial por un salario digno.
Esta educadora nos remontó a las primeras huelgas docentes y a la figura clave de Florencia Fosatti (8), protagonista de aquellas jornadas de 1919. También mencionó a la CTERA en los años ’70 y el quiebre producido cuando los maestros empezaron a plantearse la justicia social y la educación como un derecho. Por supuesto, el recuerdo para los maestros desaparecidos que bregaban por una sociedad más justa.
Gayone indaga sobre el rol de los docentes en la actualidad. Se queja de las muchas y diversas tareas que hacen que el rol de educadora se vaya dejando de lado. Ya no alcanza con aquella de segunda madre, ahora se necesita de contención e inclusión social. No importa tanto el aprendizaje sino que los chicos estén en algún lado.
Para ella, hay una mirada negativa del resto de la sociedad cuando ejercen su derecho a huelga, que se debe cambiar rompiendo con el rol maternal clásico que afirma que si las madres no hacen paro, las maestras tampoco deberían hacerlo. También, hay un reclamo a las autoridades que no le consultan a los docentes que educación y como enseñarla quieren.
Próximos encuentros, la invitación a formar una biblioteca temática, la novedad de un sitio en internet y el trabajo previo al encuentro este año en Córdoba, son algunas de las propuestas que quedaron de esta reunión.
Cuando los medios y la comunidad, en general, proponen un 8 de marzo con liviandad, alejadas de aquellas jornadas protagonizadas por las trabajadoras textiles, ellas agrupadas en la Autoconvocatoria-mujeres nos invitan a una reflexión abarcadora del lugar que se les ha reservado en esta sociedad y como romper con esto. El desafío es de todos, por igual.

christian alejandro britos



(1) “Una mujer“canción de Raly Barrionuevo, del disco “Ey paisano“año 2005. Según el autor es un homenaje a las mujeres latinoamericanas tan olvidadas y postergadas.
(2) Ciudad cabecera del partido de Villarino se encuentra al sudoeste de la provincia de Buenos Aies, distante a pocos kilómetros de Bahía Blanca.
(3)Osvaldo Bayer, quien entre 1972 y 1978 publicó los cuatro volúmenes de Los vengadores de la Patagonia trágica.
(4) Para una lectura más completa sobre el tema se recomienda: “No está en los genes, Racismo, genética e ideología” R.C.Lewontin, Steven Rose y León J.Kamin, ed. Crítica, 2003. “El gen egoísta, las bases biológicas de nuestra conducta” Dawkins Richard, Salvat Editores,1976.
(5) Para más información: Mirta Roses, “Desigualdades ocultas”, Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, enero de 2003. Marta Vasallo, “Silencio del Estado y la sociedad”, Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, enero de 2006.
(6) poeta. Para más información visitar su página en internet www.vendavalsur.com.ar.
(7) Existe el grupo Católicas por el Derecho a Decidir que, hace más de diez años, viene dando batalla en el mismo seno de la Iglesia para que las mujeres conozcan sus derechos y puedan disentir con las enseñanzas de esta institución que no creen convenientes. Para más información, visitar su sitio en la web www.catolicas.com.ar . También para una lectura más acabada sobre la Iglesia y su oposición a las políticas de salud sexual y reproductiva: Hernán Brienza, “En guerra contra el laicismo”, Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, abril de 2005. Marta Vasallo, “Oposición eclesiástica a decisiones vitales”, Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, junio de 2005.
(8)Florencia Fosatti (1888-1978) fue una de las pioneras de la renovación pedagógica. Implementó, en la década del ’20, el Proyecto de Escuela Activa que aún hoy resulta innovador, militó por la paz y por las conquistas gremiales a través de la participación activa. Crespi, G. (19): "La huelga docente de 1919 en Mendoza", en Morgade, G. (comp.)

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