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viernes, 1 de febrero de 2008

SAMIRA MAKHMALBAF


Parte de un reportaje realizado a la cineasta SAMIRA MAKHMALBAF.

Cuando tenía 8 participó en la película de su padre "The Cyclist". Entre 1994 y 1997 realizó sus estudios de cine en una escuela privada donde hizo dos cortos: "Desert" y "Painting Schools" (documental). En 1997, trabajó como ayudante de dirección en "The Silence" y dirigió su primera película "The Apple" (Festival de Cannes de 1998 – Una Cierta Mirada), que ganó numerosos premios en festivales internacionales. En 2000 dirigíó "La pizarra" (Festival de Cannes de 2000 – Competición Oficial), que ganó el Premio Especial del Jurado.


“Aquellos que creen que la democracia se pueden implantar en cualquier lugar del mundo mediante la acción militar no estarán de acuerdo con mi película!.


Tras rodar La Pizarra en Kurdistán, ¿qué fue lo que la llevó a Afganistán para hacer "A las cinco de la tarde"?

Vivimos en un mundo en el que un simple ataque de los Estados Unidos lleva, en menos de dos años, al colapso de dos naciones. Si todo está tan interrelacionado, ¿cómo pueden los temas de mis películas relacionarse únicamente con el lugar en el que se supone que nací? Hoy en día, la patria de cada uno es la que le dicta el corazón. En los dos últimos años, los medios de comunicación de todo el mundo han hablado sin parar de mis países vecinos. Así que como iraní entre las dos tragedias de Afganistán e Irak, ¿cómo puedo simplemente observar y no decir nada al respecto?------------------------ Cuando mi padre hizo "Kandahar", antes del 11 de septiembre, la gente se preguntaba porqué le prestaba atención a un país tan insignificante. El 11 de septiembre demostró que el cine puede adelantarse a la televisión transmitiendo información.Por supuesto, hay una diferencia entre "Kandahar" y "A las cinco de la tarde". "Kandahar" fue un intento de hablar al mundo entero de este país tan olvidado. Mi película lo que intenta es corregir la información errónea que los políticos y los medios crearon. La radio y la televisión constituyen la voz oficial del poder, mientras que el cine es tan solo un medio en el que su autor puede poner voz al verdadero espíritu de la nación. Entendemos el espíritu de la India como aquel que se muestra en las películas de Satyajit Ray, no el que aparece en los video clips y la televisión via satélite. Ken Loach muestra la voz de los británicos mientras que la BBC o Tony Blair tan solo son los portavoces de la política oficial de Inglaterra.
¿Conoce muy bien Afganistán?
Mi primera experiencia en Afganistán se remonta a mi infancia, cuando tenía ocho años y participé en la película "The Cyclist". Empecé a conocer a los inmigrantes afganos durante el rodaje en Irán. Mientras trabajábamos en la película viajé a Pakistán, hasta su frontera con Afganistán. Tengo muy vagos recuerdos pero simpaticé con los afganos. Luego, un poco antes del 11 de septiembre, pasé un mes en la frontera entre Irán y Afganistán fotografiando a las mujeres afganas. Allí, me di cuenta de la gran carga de la cultura predominantemente masculina, de la pobreza y de la mendicidad de los afganos. Pero para mí, el hecho de solamente hacer fotos no era suficiente. Con mi padre (que estaba rodando "Kandahar") escondimos a mujeres y niños que se estaban muriendo de hambre en nuestras caravanas y minibuses y los llevamos al hospital. Algunos de ellos seguramente habrían muerto. Entiendo que mi posición me daba una cierta responsabilidad hacia estas mujeres y niños. Entonces llegó el 11 de septiembre. Los medios me bombardearon también a mí. No podía soportar quedarme quieta más tiempo así que hice un viaje por Afganistán. El resultado fue un corto titulado "God, Construction and Destruction". He vuelto a Afganistán tres veces más, en una ocasión estuve todo el verano y el otoño de 2002. También tuve problemas, el más importante de ellos fue el intento de secuestro de mi hermana pequeña Hanna. "A las cinco de la tarde" se rodó en el otoño de 2002, en Kabul.


¿Cómo era Afganistán en aquella época?

Lo que sentí en el verano y el otoño de 2002 fue que las mujeres parecían más liberadas gracias a la nueva situación. Había pasado un año desde la caída del régimen talibán. Ellas podían salir de casa a trabajar o para ir a la escuela. Sin embargo, todavía tenían miedo de que los talibanes regresaran. Este miedo se puede ver claramente en el documental "Joy of Madness" dirigido por mi hermana con tan solo catorce años. Por entonces, igual que hoy en día, había muchos problemas culturales y económicos. Algunos creían que los americanos simplemente habían acabado con el régimen talibán, un régimen que ellos mismos habían puesto en el poder.


Los actores de la película no son profesionales. ¿Cómo los dirigió?

En Afganistán, el cine había llegado a un punto muerto hacía mucho tiempo. Incluso mucho antes de que los talibanes lo hubieran declarado como algo ilegal. El cine afgano había producido menos de 40 películas, incluyendo cortometrajes, durante los primeros cien años de su historia. Hable del personaje de Noqreh.Noqreh, la actriz de la película, tiene mi misma edad. Tiene tres hijos y desde que su marido desapareció en los bombardeos americanos ha estado dando clases en una escuela para mantener a sus hijos. Me costó mucho convencerla para el papel pero ahora le encanta el cine y está deseando hacer otra película. Interpretando a Noqreh, ha ayudado a las mujeres afganas a superar su miedo al cine.


¿Diría que "A las cinco de la tarde" es una película realista?

Godard dice que el cine se inventó para mostrar la realidad pero se ha convertido en un entretenimiento. En esta película, he intentado hacer cualquier cosa que no fuera ni entretener ni juzgar. Respecto a esto, esta película es similar a "The Apple". He intentado entender tanto al padre, que es partidario de los talibanes y su cultura, como a la chica, que está en contra de esta manera de pensar. Elegí a personajes normales y corrientes y cogí detalles de sus vidas. Muchos diálogos surgieron en la búsqueda de actores y localizaciones, de lo que oía a la gente en la calle y los mercados, y decidí incluirlos en la película. En contraste con los que simplifican los temas realmente complejos, yo no buscaba ni culpar a los talibanes por todos los problemas del país, ni reflejar un país feliz, que disfrutaba de la prosperidad tras la invasión de "Rambo".


¿Por qué el final de la película es tan triste?

Tanto padres como hijos son victimas de una trágica situación familiar. Su país, su propio hogar ha sido destrozado por la ignorancia y la pobreza. Nadie puede sobrevivir a este infierno sin rescatar a otros. El prisionero y el guardián de la prisión, la generación anterior y la actual, todos están unidos. No es como una invasión militar tras la que los problemas de un país se pueden resolver en unos pocos días. La democracia, al contrario de lo que proclaman los medios de comunicación, no es algo que se pueda crear mediante la acción militar o mediante un cambio de régimen. La democracia es un proceso lento. Como el fascismo. El fascismo es como un cáncer, como una deformación interna. No es una herida externa infectada que se pueda curar con cirugía. El tratamiento para el fascismo requiere tanto tiempo como dinero. Afganistán es pobre, y no tiene fondos para financiarse el billete del fascismo a la democracia. Y nadie más puede pagarlo. Así que, ¿como puedo ser optimista y, por qué debería la película terminar con la liberación de Afganistán?


Hay muchas escenas en las que los hombres se ponen contra la pared cuando las mujeres pasan. ¿De verdad ocurre esto?

A mi me pasó en Afganistán. Primero en el Hotel Kabul – sí hasta en los hoteles: un hombre me vio en las escaleras e inmediatamente se giró para no verme. Yo me puse delante de él y le pedí que se explicara. En vez de contestarme empezó a agitar las manos con rabia: me dio la impresión que si insistía se sentiría maldecido para toda la eternidad.


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