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martes, 10 de abril de 2007

MAESTRO FUSILADO

Empiezo sin saber dónde comienza mi cónica, la que de cuenta de otra maestro fusilado.
Cada hecho, lo pasamos inevitablemente por la propia historia. Y ésta la de ver morir a Carlos no es una excepción Y me hago cargo de las neuronas que hoy dejé en vilo, porque el vilo pasa por la otra historia, la que cuenta esta maestra. Mal hecho las veces que renegué de mi historia, por miedo o porque debí cuidarlas, mal hecho.
Esta muerte, la de Carlos, no sirve de nada si la dejamos como un hecho aislado. Tampoco si pensáramos que la muerte de otro maestro es un hecho aislado en nuestra historia. Si pensáramos que éste es un horror que no se mezcla con nuestras historias personales, grupales, argentinas. ¿Por qué? porque dejar sin maestros a nuestra gente y hablo de maestro selectos (el hijodeputa que tiró, los hijosdeputa que ordenara al asesino, sabían y eligieron a Carlos porque es un maestro que luchaba por el espíritu crítico y libre de sus alumnos) es consumar los conocidos objetivos de someternos. ¿Qué mejor pueblo para esclavizar que el generado hacia la falta de espíritu crítico? ¿Qué mejor que desarmar la organización de maestros que busquen la justicia y la libertad que asesinar a una de las hormiguitas que marquen un caminito hacia la justicia y la libertad?
Así, doblegada por el dolor, esta hormiguita que escribe, circunstancialmente una mujer desconsolada por el dolor, les escribe desconsolada sí, pero no asesinada. Les escribe para reforzar un lema que no tiene principio ni fin: Avanzamos hacia la justicia. Si no fuera así, nada (digo NADA) tendría sentido. Así es este camino: con enemigos, con en apariencia bastiones imposibles de derribar. La ecuación que quiero es simple: comprensión de la realidad, gente pensante versus bloques compactos de poder que se oponen ¿con qué? la ley, el orden, los consabidos guardianes de ese orden. La policía, el ejército, las ligas de ciudadanos que custodian al sistema que nos esclaviza, la disimulada persistencia de nada debe cambiar, todo lo que venga es peor que lo que existe, digo lo que sabemos todos, pero que deboemos repetir cada mañana porque la corriente nos ahoga las ideas. El futuro se construye, conociendo el pasado. Y el presente se pelea, se duele de pura convicción de justicia, de vida, de esperanza. ¿qué manera de repetir lo sabido, no?
¿Y la crónica? Para cuando. Carlos murió asesinado, la orden la dio el poder de turno, la ejecución fue cumplida por los organismos de este poder que no responde a la mayoría, sino a los poderosos encargados de que nada cambie. ¿Quién era Carlos? Un maestro que cuestionaba, y hacía cuestionar a sus alumnos. ¿Cuántos alumnos? ¿Veinte? ¿Treinta muchachos por año? Ponele como exageración cuarenta. Lo claro es que molestaba maestro fuera del sistema ¿qué otro motivo para apretar el gatillo, apuntar a la cabeza, elegir muy bien a quién fusilar?

Elsa Calzetta.

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